Algunos años atrás leí la triste y lamentable noticia del cierre de Tower Records, famosa y gigantesca tienda multinacional de discos que entre muchas cosas alimentó mi colección de ksets en la década de los 80. Por si fuera poco, algunos años después, la gigante Virgin Records decidió de a pocos ir dando de baja a sus mega Stores por lo poco rentable que se había convertido el negocio de la venta de discos (el año pasado cerró la tienda que se encontraba en Orlando – Florida en el Downtown de Disney).
No hay que ser sabios para deducir que las nuevas vías para acceder a la música (Amazon -Ebay), blogs y la piratería en general han mermado el negocio de las disco tiendas quienes ni otorgando al público membrecías gratuitas para acceder a descuentos ni realizando espectaculares campañas de promoción, lograron hacer que la gente retome a la vieja y sana costumbre de ir a comprar discos. Lo lamentable del caso es que para los melómanos coleccionistas se nos acaban los espacios de conexión entre lo puramente musical (lugar donde todo es, se ve, escucha y huele a música) y nosotros -los clínicamente diagnosticados melómanos empedernidos- ¿Acaso alguien nos entiende?
Porque más allá de que se pueda bajar de algún blog el disco que aún no ha salido a la venta o que se haga la compra vía amazon, NO EXISTE nada más maravilloso en el mundo que sumergirse en una disco tienda en pos de tus discos favoritos. Desde el simple hecho de buscarlos por oferta u orden alfabético, observarlos detenidamente por si se trata de una edición especial o de otro país, hasta inclusive olerlos (puede sonar exagerado pero tengo la extraña costumbre de olerlos cuando los abro cuidadosamente por primera vez) y todo esto dentro de un ambiente ordenado y puramente musical….es inigualable.
El futuro sobre este tema está claro; las disco tiendas desaparecerán por completo y las compras de discos se realizarán por amazon o e-bay hasta que el compact disc también desaparezca y la compra únicamente se vuelva virtual a través de descargas de discos enteros o canciones en formato MP3 como lo que ya está sucediendo en la actualidad.
Mientras tanto disfrutemos de las pocas disco tiendas que quedan y sigamos poniendo en marcha el viejo y querido ritual de ir a comprar discos antes que todo sea un simple recuerdo.
Los dejo finalmente con esta magnífica escena de High Fidelity que fue borrada, pero en la que se muestra la actitud de un melómano coleccionista ante una increible propuesta. Observen el rostro de Rob (Cusack) mientras revisa los discos. ¿Tú que hubieras hecho?
1 comentario:
Hola Jaime, nada como entrar a una discotienda y que te atienda, ademas, alguien que sabe de musica. Ese ritual de oler discos tambien lo hago. Recuerdo, a raiz de la escena de Alta Fidelidad -y cuyo libro tengo, de Nick Hornby-, no haber comprado un disco 45 de Strawberry Fields y Penny Lane (Te hablo de finales de los 80) porque me deje convencer para adquirir el CD. No sabes cuanto me arrepiento. Saludos Jorge QCA, del cole
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